domingo, 7 de febrero de 2010

¿Dónde están esos santos de retrovisor, dónde ese Infierno maravilloso? ¡Unírmeles, desbarrancarnos en fila india! Los caminos vedados resplandecen con los visajes de la carroña; primavera nocturna, las transacciones del aire soportan más peso que los botines que nos desplazan. ¡Ea! Que ya nos esperan los simulacros de muerte. ¡Ea, hermandad de la Noche, vinos empapados de crepúsculo, bacanales infinitas! ¡Sea la perdición en los extrarradios de la conciencia!

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