jueves, 29 de octubre de 2009

Ach.
Quisiera morirme en mi besarte.
Hundir mi corazón entre tus senos.
Ser uno en tu mirarme de cámara plena.
Arder en el bourbon de tus cabellos.
No ser otra cosa
que tu siendo mi haber sido
siendo tu ser
apenas presentido.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Que me lleven las mareas del tiempo
que el dolor del deseo
arrastre el acero de la sublimidad
crotchinity;
que los arrebatos del
pensamiento
me deslicen hasta el mismo
arrabal de la materia sonante;
que la música del infierno
azuce las llamas del delicado
convencimiento de toda textualidad;
que la belleza me desfigure
hasta el borde mismo
de las lágrimas;
que la conciencia conjure
las dos o tres tramas de la literatura;
que me enferme toda alucinación
perecedera, en la convicción
del infinito s i g n i f i c a n t e;
pero que nada,
nada,
me arrastre al olvido
del desinterés infinito
de la amistad verdadera.
La amistad la pone con concha.

lunes, 12 de octubre de 2009

Lacan dixit:



Il n'y a pas de rapport sexuel.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Cómo me gustaría ser músico, por Dios.

domingo, 4 de octubre de 2009

El pasado no regresa. No quiero que regrese el pasado. El pasado me hace temblar. Dan ganas de pulverizar la memoria. Fresh new start. Vórtice, determinismo, etc. Ya se ha probado mil veces. Garantía del presente. Caminar por una vez de frente, y no de espaldas. Certidumbre de que la cosa es más importante que su representación. Ficción de la imaginación; ficción sobre la imaginación. Insert Jean Paul's quote here. La apariencia de la repetición ad nauseam. El miedo de la no retribution. La certidumbre que todo se reduce a la libido. La exasperante teoría que avala esta certidumbre. Sorpresa frente al resto. Desasosiego. La víspera eterna.


sábado, 3 de octubre de 2009

Lo que quería decir hace un rato no era lo que escribí. En realidad, la interpretación de Windgassen es una cosa increíble, insuperable. Pero también la de Vickers. Creo que puedo expresarme coherentemente de esta manera: el Tristán de Windgassen es un Tristán trágico; el de Vickers, si cabe, un Tristán épico. El Tristán de Vickers mantiene la nobleza de su heroísmo hasta el mismísimo final; el de Windgassen se hunde en una desesperación que, mucho más que la herida de Morold abierta por Melot, termina matándolo.
- Antes -hace unos meses- mis preocupaciones habían cambiado radicalmente (o al menos estaba convencido de ello, y eso siempre basta). Hoy parecen volver al mismo axis, por alguna razón que aún no logro descifrar.
- Por ejemplo, aquella vez que me hallaba en el micro, tan tranquilo, pensando en sus labios, en lo que le diría, en el upper-hand.
- O cuando revisaba la complicada jerarquía de las hordas nazis.
- ¿Por qué tiene que ser así, que el presente siempre aparente ser una puesta-en-degradación del pasado?
- Veo su carita, y pienso Dios, ¿cómo puede ser que...?
- Leo al Inca Garcilaso; pienso: "cómo me gustaría poder escribir óperas".
- Una página infamante, sin lugar a dudas.
- Camino por el parque. Le comienzo a enumerar (Dios...) las nacionalidades de los autores que tengo en mi biblioteca. Cuando iba por los italianos o quién sabe qué, me toca la mejilla, me pregunta si tengo frío.
- Articulando pequeñas monstruosidades: cómo un discurso -un componente discursivo puesto en acción sobre la realidad- puede transformar cualquier acontecimiento.
- ¡Qué tragicomedia, ver al pobre Felipillo enamorado y, por ello, presionando para que maten a Atahuallpa!
- Es decir, nuevas preocupaciones: la convicción, nunca corroborada, de que era al fin capaz de manejar mecanismos nuevos, de experimentar con ellos, de ponerlos en marcha.
- Le digo que quiero besarla.
- Escenas inimaginablemente cruentas, bajo la batuta de una administración fatal. La tragedia de los verdugos es un tema infinito. Satanización gringa aparte, esos hombres -muchos de ellos arrastrados al partido; pero esto no es una apología, ni mucho menos- tuvieron que haber sufrido como ningún otro verdugo jamás en la historia; su tormento tuvo que estar a la altura (es un decir) de las circunstancias. The language proves itself useless in those circumstances.
- Claro que su sufrimiento no fue nada comparado con el de sus víctimas, por Dios.
- En realidad, en el Inca, la tragedia es una tragedia lingüística: la brutalidad de la conquista, la incapacidad de los historiadores españoles para contar con verdad la brutalidad de la conquista, ambas, provocadas por la falta de comprensión entre los españoles e indios. Lost in translation, indeed.
- Poco a poco voy perdiendo la dignidad. ¿Cómo proyecté la ilusión sobre ella de que valía la pena?
- Pero supongo que las cosas volverán a su sitio cuando haya un poco menos de presión. Hay un testimonio; se puede avanzar, seguir los rastros.
- Cuesta a veces volver la mirada, dejar de esconderse.

viernes, 2 de octubre de 2009

- Ya es octubre, ya se acaba el año. No voy a hacer juicios sobre el tiempo. El año pasado, en este mismo mes, me volví loco y mis amigos tuvieron que sufrirme. En realidad, las cosas no importaban mucho; ahora importan, o importan de otra manera, o existe, al menos, cierta certidumbre de que importan.
- Todo un año más en la universidad. Llevo otro tipo de cursos con niños: hoy me he enterado de que la niña más linda de la clase no ha acabado aún la secundaria.
- Lo que da pie a toda una serie de fantasías woodyallenescas que no desarrollaré, "por no ser prolixo".
- Ha sido uno de los días más torpes in recent times.
- No sé qué quiero hacer con mi vida. A veces los libros no parecen ser suficiente. A veces me pesa el esquema vital supportado por el resto de gente. Uno comienza a tener expectativas de no tener expectativas.
- Me gustaría ser de esas personas que continúan el mito de la autonomía. Irme a un país desconocido sin un solo amigo o familiar, sin ningún contacto, y "vivir la vida" desde cero. Pero, ¿qué es "vivir la vida"? "Et après les études, la vie". Mais les études sont la vie! No sé lo que digo.
- Los pequeños otros. Hoy, antes de llegar tarde a un examen, me quedé viendo Felicity. Era Halloween; Felicity y su perfect-haired-with-sad-eyes-bullshit galanazo carveaban (2do spanglicismo) unas calabazas. Se nota que Felicity babea por el tipo: ella inicia todas las conversaciones, oculta los silencios con más y más (in)significantes. Hasta que llegamos al momento crucial: el tipo, uno de esos héroes semi-literarios que no se han dado cuenta de lo bellos que son, comienza a abrirse y contarle sus intimidades. Llega un tercero; el tipo llama un taxi a Felicity y ella se va, no sin antes intentar, un poco artificialmente, proseguir la conversación anterior.
- ¡Qué belleza, esos momentos que ya no me tocará vivir, el privilegio de la incertidumbre, la ignorancia de la necesidad de los nombres! ¡Si no tuviéramos que decir nada, si no tuviéramos que definir nada, nadando así, a pleno pulmón, entre lo no dicho y lo apenas susurrado, entre las miradas y la horizontalidad de los labios!
- Qué maravilla que haya una persona en tu vida que sea capaz de sorprenderte, de dejarte queriendo más. De callar allí donde tendría que zurcirse; de susurros allí donde la sed aplaca el deseo; del silencio más perfecto allí donde no hace falta más que el cuerpo.
- Deslumbramiento. Anhelo. Desidia. Desilusión.
- Spleen.
- El mundo es amplio, gracias a Dios. Y hasta me han dado ganas de seguir viendo Felicity.
- Puedo volver al Wasteland. Puedo aún sentirme emocionado por las palabras.
- Las palabras habría que dejárselas a la literatura.
He escuchado muchas, pero muchas versiones de Tristan, y, les voy a ser sinceros (asumiendo que hay alguien ahí afuera, escuchando lo que digo), ningún intérprete, ni siquiera Windgassen, me ha conmovido tanto con su Tristán como Jon Vickers. Su majestuosidad, el vigor con el que lo interpreta, esa entereza llena de realeza, esa desesperación wertheriana, como recitar, con un sosiego sobrecogedor, el poema de la propia muerte.

Sólo quería decir eso.