viernes, 2 de octubre de 2009

- Ya es octubre, ya se acaba el año. No voy a hacer juicios sobre el tiempo. El año pasado, en este mismo mes, me volví loco y mis amigos tuvieron que sufrirme. En realidad, las cosas no importaban mucho; ahora importan, o importan de otra manera, o existe, al menos, cierta certidumbre de que importan.
- Todo un año más en la universidad. Llevo otro tipo de cursos con niños: hoy me he enterado de que la niña más linda de la clase no ha acabado aún la secundaria.
- Lo que da pie a toda una serie de fantasías woodyallenescas que no desarrollaré, "por no ser prolixo".
- Ha sido uno de los días más torpes in recent times.
- No sé qué quiero hacer con mi vida. A veces los libros no parecen ser suficiente. A veces me pesa el esquema vital supportado por el resto de gente. Uno comienza a tener expectativas de no tener expectativas.
- Me gustaría ser de esas personas que continúan el mito de la autonomía. Irme a un país desconocido sin un solo amigo o familiar, sin ningún contacto, y "vivir la vida" desde cero. Pero, ¿qué es "vivir la vida"? "Et après les études, la vie". Mais les études sont la vie! No sé lo que digo.
- Los pequeños otros. Hoy, antes de llegar tarde a un examen, me quedé viendo Felicity. Era Halloween; Felicity y su perfect-haired-with-sad-eyes-bullshit galanazo carveaban (2do spanglicismo) unas calabazas. Se nota que Felicity babea por el tipo: ella inicia todas las conversaciones, oculta los silencios con más y más (in)significantes. Hasta que llegamos al momento crucial: el tipo, uno de esos héroes semi-literarios que no se han dado cuenta de lo bellos que son, comienza a abrirse y contarle sus intimidades. Llega un tercero; el tipo llama un taxi a Felicity y ella se va, no sin antes intentar, un poco artificialmente, proseguir la conversación anterior.
- ¡Qué belleza, esos momentos que ya no me tocará vivir, el privilegio de la incertidumbre, la ignorancia de la necesidad de los nombres! ¡Si no tuviéramos que decir nada, si no tuviéramos que definir nada, nadando así, a pleno pulmón, entre lo no dicho y lo apenas susurrado, entre las miradas y la horizontalidad de los labios!
- Qué maravilla que haya una persona en tu vida que sea capaz de sorprenderte, de dejarte queriendo más. De callar allí donde tendría que zurcirse; de susurros allí donde la sed aplaca el deseo; del silencio más perfecto allí donde no hace falta más que el cuerpo.
- Deslumbramiento. Anhelo. Desidia. Desilusión.
- Spleen.
- El mundo es amplio, gracias a Dios. Y hasta me han dado ganas de seguir viendo Felicity.
- Puedo volver al Wasteland. Puedo aún sentirme emocionado por las palabras.
- Las palabras habría que dejárselas a la literatura.

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