miércoles, 7 de mayo de 2008

Post soirée

1. Revisiting: ayer se me dio por sacarle el polvo a mi guitarra y entonar una que otra canción de Bob Dylan y hasta de Alice in chains, las únicas que recuerdo. Fui hasta Cantuarias en la noche para comprar cuerdas nuevas. Cuando llegué me saqué una canción de los Velvet y estuve dos horas con eso de Cause when the smack begins to flow, then I don't really care anymore intentando imitar la voz inexpresiva de Reed. Aunque no me sentí satisfecho, pues lo que quería era sacarme White light/white heat, y para eso necesitaba una guitarra eléctrica, y como mi amplificador anda trabado con una parte de la punta de un cable... En realidad, lo único que quería era hacer ruido.
2. Intereses: ando bastante afanado con los Velvet y con toda esa onda sesentera. La otra vez me pasé un buen rato pensando en la influencia -que a mí se me antoja directa- de Rimbe en toda esa nota de los hippies, lo loco que hubiera sido que a Arthur, como al personaje de Enoch Soames, se le hubiese dado la ocasión de viajar cien años en el futuro y, con ello, la oportunidad de poder presenciar la revolución con la que él tanto soñó en sus años infernales con sus propios ojos, sea en la Francia del mayo del 68 ("Sed realistas: pedid lo imposible") o, mejor aún, en Woodstock del 69. El pobre Rimbe se hubiese vuelto loco. ¡Cómo unas cuántas frases pueden, sin que uno no pueda notarlo hasta después de tanto tiempo, cambiar el mundo de esa forma! Conjeturas a posteriori, claro. Sin los poemas de Rimbe no hubiesen existido algunas canciones de Patti Smith o de Bob Dylan, ni mucha de la literatura posterior, eso es incuestionable, pero, de la misma forma, ¿hubiesen existido sin él estas revueltas quiméricas de finales de los sesenta, que tenían exactamente los mismos objetivos que se planteaba su poesía: liberación de la mujer, anhelo iconoclasta, exaltación del amor, etc.?
3. También me pasé un rato pensando en lo tremendamente atinado (casi como un hole-in-one en la oscuridad) de las primeras frases de Anarchy in the UK: I'm the Antichrist [=] I'm an anarchist. El rock verdadero, que nace de un deseo legítimo de mandar a la mierda el mundo por razones concretas y vigentes en un contexto social determinado.
4. (Ahora mismo, mientras escribo, recién bañado, fumando, con una toalla en la cabeza para que no me cague el frío que entra por la ventana abierta, me acuerdo de esas historias que me contaba mi abuela de gente a la que se le deformaba el rostro o se le reventaba un pulmón cuando, como yo, se aventuraban al frío tras tomar un baño caliente.)
5. Relaciones entre Fausto, La Regenta, Los Detectives Salvajes y el prólogo de T. Segovia a las obras completas de Gérard de Nerval. El Sr. Segovia postula que nuestra sociedad no ha acabado de superar el romanticismo, y que, a lo más, podríamos denominar a nuestra literatura como post-romántica. El personaje de Fausto, con sus arrebatos sentimentales extremos (romanticismo en su estado más puro), se me antoja a mí, lector del siglo XXI, como un tipo con tendencias bipolares: si en la primera escena lo vemos en su gabinete desesperado y suicida, al siguiente se nos aparece como el hombre más feliz del mundo, y luego el hombre más culpable del mundo, etc. Si en el Fausto de Goethe estas cosas perfilaban una tragedia, en La Regenta poseen un sesgo cómico. Anita Ozores es lo mismo que Heinrich Faust, sólo que en la obra de Clarín su conducta tiene la intención de despertar el humor del lector, lo que implica, pues, un desgaste a medias de la poética romántica. Sin embargo, el amor sigue tratándose de forma "idealista", con vómito de flores y primaveras y perfecciones efímeras. Hasta que nos topamos con esa escena de Los Detectives Salvajes en que García Madero se coge a la tipa que le atrae, con esas descripciones que rayan en la crueldad. Conclusión a la que arribo: poco a poco nos estamos despojando del romanticismo, hacia otra cosa distinta.
5. Una cita de uno de los pocos blogs que visito con regularidad: "Adolescente: usted sólo quiere sufrir. Joven universitario: usted sólo quiere disfrutar. A veces sólo soy un joven universitario adolescente."
6. Arranques de sinceridad inoportunos: hace unas semanas mi profesora de francés (que no sé por qué, pero me odiaba) me preguntó sobre mi infancia. Yo traté de explicarle en mi francés rudimentario que, en realidad, poco había cambiado desde que era niño: seguía siendo silencieux, sérieux, timide, etc. Ella me responde: bueno, al menos sabemos de seguro que una cosa cambió: el hecho de que ahora las mujeres te atraen, ¿no? Me tomo un segundo para mirar a mi alrededor y, con una mueca, respondo negativamente. Ella sonrie con incomodidad. Y yo, que recién me doy cuenta de que acabo de salir del clóset sin siquiera haber estado dentro in the first place, me cago de risa por dentro.
7. Hace exactamente un mes me arrastraba a través de Buenos Aires en busca de oficinas y explicaciones. Dentro de un mes estaré contando los 8 días que restarán para el concierto de Megadeth. Hoy he llamado para ver lo del papeleo y nada aún.
8. Muchas ganas "zúticas", deseos de ir al teatro, emborracharme, etc. Y ganas de que se repita el sueño que tuve hoy, el mejor que puedo recordar de los últimos qué... 10 años al menos (el otro se trataba de un Cadillac volador y un circo en medio del patio del cole.)

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