viernes, 27 de noviembre de 2009

Rimbaud

- De eso mismo, de la Freiheit, es de lo que se trata. El método deconstructivista que sistematiza Derrida ya había sido llevado hasta sus mismos extremos por otro francés un siglo antes: la teoría sólo pudo ser teorizable imponiendo la advertencia, a todo momento, de que la destrucción de la barrera invisible que divide al sujeto del mundo, conclusión lógica del método, era imposible o, al menos, impensable como objetivo: la descontrucción es siempre, en efecto, un impulso interrumpido. ¿Qué otra cosa no quería hacer Rimbaud sino, a través del desarreglo sistemático de los sentidos, éffacer esa barrera, desaparecer la línea del horizonte? Frente a Rimbaud, Derrida parece un gran cobarde; frente a Derrida, Rimbaud es siempre un loco anarquista.

- De la Freheit se trata. Pero la Freiheit es, cómo no, un estado relativo: como el adentro y afuera, como el S1 y el S2, como el centro y el margen de la estructura. Ya advertimos que otro de los límites de la deconstrucción, un poco tonto por cierto, es que el método subversivo contra el centro de la estructura, a la vez que intenta desplazar a ese centro, hace aún más intensa la barrera que separa el adentro del afuera. Es una consecuencia que también puede encontrarse en Rimbaud, y la que ha determinado gran parte de la lectura de su obra. Rimbaud, que persigue la libertad como nadie más la persiguió, termina haciéndose esclavo de su propio deseo, la famosa "huida hacia adelante", es decir, el viaje estrepitoso hacia los márgenes y la conciencia posterior de que, finalmente, uno ha estado corriendo en círculos, y que se haya con ambos pies en el centro. Me imagino que Rimbaud también puede leerse de otra manera, al modo de nuestra premisa anterior: Rimbaud abandona la poesía porque se da cuenta de que la única forma de hallar la libertad plena es a costa de la cultura: la libertad implica una desubjetivización (des-sujetar al sujeto) que tiene como consecuencia última la erradicación de la conciencia de un yo y el mundo, del adentro (mío) y del afuera (ello, ellos). ¿Hay en la muerte de la forma alguna libertad posible? Muerte de la forma: homogenización del mundo, carencia de todo movimiento, como lo que llaman "lenguas muertas": un modo fijo (que ha dejado de ser modo y ha devenido lo Uno), impensable ya la variación. Un poco como la teoría del Big Bang define el estado primigenio del universo: una singularidad espaciotemporal de densidad infinita. Rimbaud entonces se niega y literalmente desaparece: creo que la única lectura posible de su abandono de París hacia el África es bastante elocuente, y a su vez, una manera radical de dejar de ser Rimbaud sin dejar de ser Rimbaud.

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