sábado, 3 de abril de 2021

No tengo especial valor, ni vocación de mártir. No me gusta el dolor. He escapado varias veces de confrontaciones. Las más, no me compro el pleito.

Sí es cierto que tengo proclividad al autosabotaje. Cuando me castigo, el dolor es por lo general una idea en el futuro. No creo que tener valor para mutilarme. Pero no puedo decir que duerma bien nunca.

Mi vida es muy pequeña y está repleta de culpa.

Lo que tengo (siempre he tenido) es rabia. Rabia por mí. Rabia por los demás. Rabia rabia rabia, inagotable, inservible, pletórica y alucinante rabia. Una rabia que es una falsa promesa de redención de la que no me puedo espantar.

No hay comentarios: